Por: elías AGUILAR.
Ayer domingo, como
todos los domingos, lo dediqué en la tarde a ver el programa T3rcer
Milenio porque el tema nos interesa, y no porque sea de nuestro agrado
el señor Jaime Maussan, y porque para indivíduos común y corriente como
yo...¡no hay para más!
El conductor de éste programa siempre se la
pasa insistiendo en que "el mejor de sus propósitos" es conducirse con
la verdad y desenmascarar a quien no lo haga de esa manera.
¡Guay, don
Luis Ramírez Reyes! ¿Para qué se le ocurrió "descubrirlo"? ¿Para qué se
le ocurrió impulsarlo?
Este señor es un verdadero desastre cuando
aborda temas que desconoce, e ignora casi todos y en todos se mete pues
ya lo hicieron levitar con las adulaciones que le endilgan haciéndolo
sentirse genio de la comunicación.
Ayer abordó el tema de Jesucristo y
"La Sábana Santa" y La Guadalupana. "De chile, de dulce y de manteca"
¿Qué tienen que ver "nuestros hermanos mayores de las estrellas" con
asuntos teológicos de creencias dogmáticas terrenales?
Ya se ha dicho
hasta la saciedad que la original Guadalupana mexicana, fue pintada por
el genial artísta indígena Marcos Cipactli, sólo obscureciéndole la
piel para que fuera morena como nosotros, y desvaneciéndole lo güera
como la que trajo Hernán Cortés de Extremadura, España; y que,
compadecido, Porfirio Díaz la mando repintar por otro artista anónimo a
finales del Siglo XIX, agregándole además los colores patrios; y ya
antes, el regiomontano hombre sabio Fray Servando Teresa de Mier,
sacrificando su libertad física y de conocimientos, negó
contundentemente, con pruebas, las apariciones...Y que se le ven figuras
en los ojos pintados... Haga usted la prueba con cualquier pintura de
rostros similares y verá que le aparece en sus ojos pintados. Ya el
propio Miguel Angel así aprobaba a los aspirantes a ser sus alumnos,
descubriendo figuras en las manchas humedecidas de los techos y
paredes.
Y ya para que hablamos de los cristos o guerrilleros judios
y romanos y la historia del emperador Constantino, si todo mundo es
feliz con las infames mentiras que se le cuentan.
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