domingo, 17 de junio de 2007

Entre Otras Calamidades


¿TENDREMOS QUE RESIGNARNOS A MORIR DE SED Y ASFIXIADOS?

POR: elías AGUILAR.

Sin el menor afán catastrofista sino en estricta objetividad de los trágicos acontecimientos de respuesta de la naturaleza en las últimas décadas, los seres vivos de este planeta estamos condenados a padecer sequías e incendios de grandes extensiones forestales, cada año con mayor severidad hasta el total agotamiento del oxígeno y alimentos producidos por árboles y plantas, y del agua potable indispensables para la supervivencia en la Tierra.

El Hombre el Mayor Depredador del Reino Animal.

En todo el mundo es sabido que los gobiernos estadounidenses, principalmente, sistemáticamente se han negado a firmar apremiantes acuerdos internacionales de protección al ambiente, y todo por la estulticia de su voracidad financiera industrial y de su demencial arrogancia, ya que poco les importan las emisiones contaminantes a la atmósfera por los combustibles fósiles líquidos y gaseosos, no quemados o parcialmente quemados por calderas y motores, a cambio de las pingües utilidades económicas cotidianas.

Como ellos, lamentablemente hay muchos en la canica y particularmente en nuestro entrañable México, quienes a sabiendas del daño que propician, día a día, a la ya de por sí muy deteriorada ozonósfera, en nada les preocupa que los rayos ultravioleta y gamma, por ejemplo, lleguen a la Tierra sin la filtración natural de la referida capa de ozono y, consecuentemente, afecten trágicamente a todos los seres vivos expuestos a prolongados períodos de rayos solares.

Desprendimientos glaciares por el sobrecalentamiento terrestre, deshielos, incremento del nivel marítimo con la inminente desaparición de islas, archipiélagos y poblaciones costeras; deforestación insaciable e incendios naturales, accidentales y premeditados; extinción de especies animales y rompimiento del equilibrio ecológico…son algunos de los irreversibles estragos causados por el “hombre pensante” (etiqueta que, obviamente, nosotros mismos nos colocáramos ostensiblemente en la frente) en su incontenible afán por exterminar nuestro planeta a como de lugar.

A Contracorriente.

Hace aproximadamente 16 años, por motu proprio, desde luego, buscamos la oportunidad de participar en la lucha nacional contra la contaminación ambiental, mediante la promoción de unas pastillas elaboradas a base de naftanatos de origen hidrocarbúrico del Ing. Ricardo Ritz Silerio, para lo cual acudimos a la convocatoria del, a la sazón, Departamento del Distrito Federal a fin de competir en la Primera Evaluación de Dispositivos y Aditivos Anticontaminantes, para adquirir las certificaciones de eficiencia avaladas, además, por la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología a nivel federal, la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Mexicano del Petróleo.

De entre mas de 300 participantes, nacionales y extranjeros, sólo 15 obtuvimos las certificaciones de referencia y la esperanzadora quimera de acabar, por fin, con el envenenamiento atmosférico de la enorme Ciudad de México. Sólo que en nuestro querido mundo surrealista, el director de Ecología, Ramón Ojeda Mestre, ¡Plop! nos despertó a los 15 ilusos cuando textualmente nos sentenció: “Nosotros no podemos ser juez y parte, así es que aquí están sus certificaciones y a ver cómo le hacen para impulsar sus productos”. De ello, seguramente somos culpables nosotros por no apellidarnos “Matsumoto” o “Westinfolder”…

Nuestro catalizador obtuvo 2 de los primeros 15 lugares en gasolina y diesel, pero no obstante nuestra probada demostración de eficiencia, y sin olvidar jamás al igualmente prestigiado Ing. Ricardo Ritz Silerio, los productos del Ing. Eduardo Rábago Tostado, sin el menor asomo de altibajos durante todo el período de pruebas, obtuvieron el primer lugar en ambos rubros. Es decir, quedó demostrado que su aditivo catalizador líquido es incuestionablemente el mejor del mundo, ya que reduce casi en su totalidad la infisión ambiental, como casi en igualdad de resultados, las pastillas y briquetas del Ing. Ritz Silerio.

Andando el tiempo y con el absoluto convencimiento de la probada eficacia de los descubrimientos de Eduardo Rábago Tostado, para beneficio de los habitantes del Distrito Federal, en principio, le propuse al prestigiado investigador universitario, tocar las puertas del nuevo Gobierno del Distrito Federal, a fin de darle a conocer simultáneamente su aditivo anticontaminante y, sobre todo, su infalible sistema de detección de agua potable.

Para dar y repartir:
Agua Abundante e Inagotable en Ríos Subterráneos.

A través de insistente correspondencia, al fin la administración del Lic. Andrés Manuel López Obrador mostró su beneplácito por tales propuestas, por lo que de inmediato nos remitió con los titulares de Gestión Ambiental del Aire; y de Proyectos de Agua, Suelo y Residuos.

Los subordinados (directores, subdirectores y jefes de oficina) ciertamente se afanan por servir…pero, me consta, les falta imaginación y carácter para hacer modificaciones a sus propias normas, o recomendadaciones ante los evidentes resultados, como los de los multicitados ingenieros Ritz Silerio y Rábago Tostado, a nivel legislativo sobre los reglamentos internos, a fin de que las propuestas de particulares para aportar soluciones de probada efectividad sobre el cuidado del medio ambiente y los recursos naturales, sean aprobados sin el menor obstáculo.

En el área de Gestión Ambiental del Aire, a fuerza querían obligar al ingeniero Rábago a someterse a nuevas pruebas en el Instituto Mexicano del Petróleo, cuando ya existe una certificación avalada por ellos, además de que cobran por las mentadas pruebas varias decenas de miles de pesos por algo que ya se obtuvo. Con sobrada razón el ingeniero Rábago se enfureció y los dejó hablando solos.

Con tal antecedente y sin la menor disminución de la rabieta, Eduardo Rábago ya no quizo saber más de trámites burocráticos insalvables, ni siquiera ante mis reiteradas súplicas por solucionar el problema de la trágica escasez de agua potable, mediante su inequívoco sistema de detección de profundos ríos subterráneos de abundante y eterna agua pura y saludable.

“El Muchacho Chicho de la Película Gacha”

¿Habrá, luego entonces, que agarrar (así dicho) a ma…nazos al ingeniero Rábago, agachar la cerviz e hincar la rodilla suplicante, o secuestrarlo al estilo de las viejas historietas de Germán Butze, “Los Supersabios”, donde privaban de la libertad al sabio “Solomillo” para obligarlo a desembuchar sus erudiciones y descubrimientos y, paralelamente, sacudir sin consideración a los funcionarios de mandos medios hacia arriba, del actual Gobierno del Distrito Federal, para “obligarlos a pensar” y a reaccionar para modificar las, en ese sentido, obsoletas leyes que nos impusieran pasados gobiernos capitalinos y federales durante mas de 70 años?. O como dice el querido maestro purépecha, Eduardo del Río García “Ríus”: “¿Tendremos que heredarles ositos de peluche y flores de plástico a las generaciones venideras, para que las conozcan?”. Digo.

SE BUSCA VIVO O…VIVO. VIVO O GENIO COMO SOLO ES EL. CON LA RECOMPENSA DE SALVAR A LA HUMANIDAD.

Merced a mis reiterados frustrados intentos por persuadir al ingeniero Rábago, y a su obstinado mal carácter de elfo o genio creador, inalterable en su determinación de no volver a tratar con funcionarios gubernamentales, ya sean del PRI, del PAN o del PRD, es que acudo a los lectores de ¿¡Y!? en la búsqueda de otro genio en habilidades de convencimiento o, de plano, de una magna comisión de ciudadanos genuinamente preocupados por el resarcimiento del equilibrio ecológico, para cordialmente coercionarlo a cumplir con su deber de beneficiar al mundo con su singular descubrimiento.

El ingeniero químico, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México, Eduardo Rábago Tostado, y experto en pozos profundos de PEMEX, donde colaboró durante muchos años, desarrolló su sistema de detección de ríos profundos con el que capta la longitud de las ondas que desprende el agua, con respuesta a la fricción de las rocas, a través del efecto ondulatorio que registra esa vibración a grandes distancias y profundidades, lo que permite estimar, con cierto grado de precisión, la cantidad de agua, o su proporcional de cantidad de energía detectada desde la superficie de la tierra.

Así es que mediante este garantizado método, sería posible extraer de forma permanente, agua potable, purísima y energética, prácticamente en cualquier parte del mundo; rellenar a su nivel original los mantos acuíferos para restablecer la solidez inicial de la tierra; surtir de agua abundante a las tierras de cultivo y a las zonas fabriles; y crear lagos en lugares estratégicos con el consecuente renacimiento de gratificante flora y fauna, como esperanzadora herencia a las generaciones presentes y futuras. Y, desde luego, evitar los grandes conflictos bélicos previstos a nivel mundial, propiciados por el agotamiento del vital líquido, que ahí está en las profundidades de la tierra, y que minuto a minuto se desperdicia para ir a desembocar en el mar.

Así es que de no tener usted inconveniente, todos podemos aportar nuestro granito de arena…o de ingenio. Usted tiene la palabra. Esperamos sus comentarios, con nuestra gratitud a nombre de todos los seres vivos de nuestro planeta Tierra.