lunes, 30 de junio de 2008

Rumbo a Tierra


Bienvenidos al primer programa de Rumbo a Tierra dentro de nuestro espacio de Lengua en su Tinta, con el privilegio de recorrer nuestro planeta las 24 horas de todos los días.

El contenido medular será, a partir de este momento, el tema del “turismo” extraterrestre en nuestra preciosa canica azul, aunque a nuestros hermanos de las estrellas lo que menos les inquieta son los viajes de placer y descanso.

No es ocioso destacar que para quienes hacemos Lengua en su Tinta y, particularmente ahora, Rumbo a Tierra, es un verdadero honor pertenecer a El Grupo, a cuyos integrantes ya nos harán el favor de ir conociendo a través de las entrevistas de su servidor, y de sus importantes colaboraciones de algunos de ellos.

Por lo pronto, es obligado comentarles que el propósito fundamental de El Grupo es la aportación de las investigaciones sobre la existencia de vida extraterrestre, así como la divulgación responsable y científicamente objetiva sobre la inminente presencia abierta en la tierra de nuestros hermanos mayores, en un futuro ya muy cercano.

El objetivo de nuestra ardua tarea, como podemos colegir, es la estimulación del discernimiento natural del ser humano de la tierra, de que las visitas milenarias y permanentes de los hombres de las estrellas, son con la finalidad de despojarnos de la maldad y del aprovechamiento de su muy avanzada tecnología, como, por ejemplo, el desplazamiento a incomprensibles (para nosotros) velocidades de sus tripulantes y naves espaciales, y de que, de ninguna manera, debemos temerles y, mucho menos, tratar de agredirles ya que son seres como nosotros pero muchísimo más avanzados en inteligencia, en conocimientos, en respeto y calidad moral.

Sin embargo, muy pronto tendremos el sabio análisis de verdaderos expertos en el tema que nos ocupa, para que ustedes, amables lectores, saquen sus propias conclusiones.

Hoy, sólo permítanme comentarles dos anécdotas personales:

La más reciente fue que en un viaje de trabajo de este escribano, Elías Aguilar, a la ciudad de ébano, San Luis Potosí, le pregunté al dirigente de la Confederación Agrarista Mexicana, ingeniero Geólogo Jesús Lorenzo Trejo Salas, si él no había tenido experiencias de avistamientos de OVNIS, merced a que vive muy cerca del mundialmente conocido “Sótano de las Golondrinas”, maravilla enigmática de la naturaleza, a lo que me respondió: “La verdad no, pero tengo un hermano que trabaja en las plataformas, en el mar frente a Tampico, de Pemex (Petróleos Mexicanos). Que como tú sabes, se encuentra a unas horas de distancia de donde nos encontramos.

“Y, dice, mi hermano, que con mucha frecuencia entran y salen platillos voladores del mar, sobre todo en las noches.

“Pero algo muy raro, de mucha coincidencia, si tú quieres, y, además, de que es cierto, que a todos los que aquí vivimos en la región, y que a los medios de comunicación y a los meteorólogos, nos consta que todos los huracanes del Golfo de México que se dirigen hacia nuestras costas, de pronto, como algo mágico, se desvían hacia otros rumbos cuando están a punto de arrasar el punto geográfico del lugar, junto a las plataformas, donde entran y salen los OVNIS en el mar como si alguna fuerza superior y misteriosa los desviara…”

El otro recuerdo que aquí mismo se narra, en Lengua en su Tinta, fue cuando entrevisté a un estupendo artesano de Peña de Bernal, del estado de Querétaro, y me dijo que ya a nadie de sus pobladores les sorprenden los avistamientos de OVNIS, arriba de la Peña, la tercera más grande del mundo, después del Peñón de Gibraltar, y del Pan de Azúcar en Brasil.

En espera de sus comentarios a nuestros correos electrónicos aaguilar5ster@gmail.com, univcom@hotmail.com y alejandro_aguilar@cuaed.unam.mx, o aquí mismo, les dejamos un respetuoso abrazo fraternal hasta siempre.