viernes, 4 de marzo de 2011

Pueblo Engañado y Ultrajado HURTOS, IGNORANCIA, INSIDIA, FRUSTRACION Y MUERTE

Volantes Ilustra2  2010  
pasquín de cooperación 

Por. elías AGUILAR

Asesinatos masivos como los de Cholula o magnicidios como el ordenado por el mismo Hernán Cortés sobre la persona de Cuauhtémoc, el último emperador azteca; el colosal saqueo a nuestras minas de oro, plata y cobre; la demencial destrucción de información científica y de muy avanzados conocimientos de matemáticas, más o menos como las que enseñara el maestro Manuel López Aguado en la U.N.A.M.; geografía espacial y astronomía, por ejemplo, registrados con exactitud en el legado de nuestros códices, que a los expedicionarios en veleros, filibusteros gachupines, barbajanes e incivilizados, aventureros y asesinos de los siglos XV y XVI, ni les dio la gana ni supieron cómo interpretar aquellos valiosísimos manuscritos y sólo confirmaron que venían a nuestra casa a la rapiña y al homicidio.

Además de bestias que venían montadas en otros matalones, en otras bestias, pues, que no conocíamos y que resultaron ser los corceles de carga, de tiro o de silla que cabalgaban con fidelidad al jinete, nos arrebataron el respetuoso placer de la veneración a nuestra señora de Tonantzín, en lugar de la Virgen de Guadalupe a pesar de los mejores esfuerzos de gente calificada como el religioso y muy docto regiomontano Fray Servando Teresa de Mier, entre otros, por evitar el culto de hiperdulía a una imagen morena pintada por el genial (eso si) artista indígena Marcos Cipactli, copia de la güera traída por Cortés desde Extremadura, España, alegoría en defensa de sus crímenes y desmanes y de pigmentación blanca o caucásica, y menos que se le haya aparecido a ningún natural Juan Diego y que, por supuesto, ningún historiador de la época, ni de ninguna época, registra.

Sí, sí. Ya sabemos que ante la amenaza de terminar achicharrados como la heroína francesa Juana de Arco, el filósofo italiano Giordano Bruno o el pensador y orador siciliano Savonarola, por ejemplo, eran motivos más que suficientes para creer, no sólo en Ignacio de Loyola y su Compañía de Jesús con sus temibles quemaderos de incrédulos impíos, sino hasta en José María Escrivá de Balaguer y su Opus Dei como ineludible correctivo a los escépticos de los misterios de poderes divinos de la religión católica.

Los orígenes ya los conoce usted: la presunta existencia del patriarca y sacerdote Ay, Osarsef o Moisés en Egipto, hipotéticamente 1,500 años antes de nuestra era, y de un solo dios (Elohim, Yahvé, Jehová, Adonai…) y muy lejos de conducirse los monarcas como sus ancestros de la Atlántida, con ausencia de una pobre imitación genética, contrahechos y degenerados familiarmente para garantizar la herencia faraónica “varonil”, que no así como el honorable pueblo árabe. Y tampoco como los artistas, constructores, astrónomos, matemáticos…espléndidos, extraordinarios, y de estrecha amistad con los hombres de las estrellas, y sí no, pregúntele usted al maestro Rodolfo Benavidez con su “Cuando las Piedras Hablan los Hombres Tiemblan”, entre otros literatos de muy altos vuelos; y Constantino que fue el primer emperador romano que se atrevió a experimentar con la nueva práctica religiosa del monoteísmo judío, y hacer a un lado el politeísmo romano, egipcio y griego, todos con sus mitologías, aparte del famoso “In hoc signo vinces” (“Por este signo vencerás”, en buen español, y que se le atribuía al propio Constantino).

Pero, eso sí, que no abandonarían la aruspicina que estaba considerada como un arte en la manipulación de los entresijos, de los intestinos, de quienes eran sacrificados por no creer en el dios solitario de la “Santísima Trinidad”, o en el pueblo (seguramente de habitantes no natos o desconocidos para Yahvé, que creía ser el único creador de homo sapiens…o de la noche y del día…en fin) donde Caín encontrara mujer después de su destierro por haber asesinado a su hermano, “cuarto ser humano viviente sobre la faz de la tierra”, en una cruel e ingenua filfa milenaria, malvado y envidioso porque Adonai así lo dispusiera de acuerdo al Antiguo Testamento y sus 70 “sabios” escribanos, o Moisés como ermitaño narrador de ficciones bíblicas, entre otras muchas barbaridades dogmáticas y repletas de sofisterías.

Como Caín, que para no aburrirse con la soledad del planeta se divertía extirpándole quijadas a las mulas, o picándole las costillas o el trasero a los cuates de Pekín, de Neandertal, de Java, de Cro-Magnon o de Tepexpan.

Eran adivinos los arúspices o sacerdotes romanos, de acuerdo a la posición de las vísceras abdominales y todo el triperío, o lo fruncidos que hubieran quedado el ciego, el colon, el recto y el ano, a la hora de su fallecimiento violento y doloroso; en tanto los aparentemente inofensivos augur, también sacerdotes romanos, se dedicaban a recoger flores y hojarasca prediciendo el futuro próximo o del mismísimo día, mediante el vuelo apenas audible del aleteo o el canto de las aves.

Y a los malvados, a los asesinos, a los pederastas… ¿quién los castiga? -¿Cómo quién…? Nadie. Si son casi santos y…poderosos. Ni se inmutan. ¿Por ventura conoce usted la real curia y pontificia impunidad?

Así como las enfermedades entran por la boca y el estómago, la salud mental está en la calidad de los conocimientos que le meta usted a su cerebro; por lo que hoy no nos vendría mal un breve mensaje comercial de Jaime Sabines, que es una delicia, como todo lo suyo:

ME ENCANTA DIOS

Me encanta Dios. Es un viejo magnífico que no se toma en serio. A él le gusta jugar y juega. Y a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna o nos aplasta definitivamente. Pero esto sucede porque es un poco cegatón y bastante torpe de las manos.

Nos ha enviado a algunos tipos excepcionales como Buda o Cristo o Mahoma, o mi tía Chofi, para que nos digan que nos portemos bien. Pero eso a él no le preocupa mucho: nos conoce. Sabe que el pez grande se traga al chico, que la lagartija grande se traga a la pequeña, el hombre se traga al hombre. Y por eso inventó la muerte: Para que la vida –no tú ni yo-, la vida sea para siempre.

Ahora los científicos salen con su teoría del Big Bang…Pero ¿qué importa si el universo se expande interminablemente o se contrae? Esto es asunto sólo para agencias de viajes.

A mí me encanta Dios. Ha puesto orden en las galaxias y distribuye bien el tránsito en el camino de las hormigas. Y es tan juguetón y travieso que el otro día descubrí que ha hecho – frente al ataque de los antibióticos- ¡bacterias mutantes!

Viejo sabio o niño explorador, cuando deja de jugar con sus soldaditos de plomo y de carne y hueso, hace campos de flores o pinta el cielo de manera increíble. Mueve una mano y hace el mar, mueve la otra y hace el bosque. Y cuando pasa por encima de nosotros, quedan las nubes, pedazos de su aliento.

Dicen que a veces se enfurece y hace terremotos, manda tormentas, caudales de fuego, vientos desatados, aguas alevosas, castigos y desastres. Pero esto es mentira. Es la Tierra que cambia –y se agita y crece- cuando Dios se aleja.

Dios siempre está de buen humor. Por eso es el preferido de mis padres, el escogido de mis hijos, el más cercano de mis hermanos, la mujer más amada, el perrito y la pulga, la piedra más antigua, el pétalo más tierno, el aroma más dulce, la noche insondable, el borboteo de luz, el manantial que soy.

A mi me gusta, a mi me encanta Dios…Que Dios bendiga a Dios.
Jaime Sabines.  

Veintitantos siglos, muchos más…y todavía nos encontramos atorados con la pereza del pensamiento, del análisis científico, “sólo porque así me lo inculcó mi abuelita”.

Que por cierto a nadie de este lado occidental de la canica se le ha ocurrido idear seres celestiales benevolentes, en base a extraterrestres vistos como en la antigüedad, y para que no haya un trato desigual entre negros, amarillos y blancos, con piel canela o cacao y ojos rasgados de piel amarilleja, como nuestros hermanos medio norteños, centro y sudafricanos; o chinos, japoneses, vietnamitas o coreanos, a pesar de que siempre, en conjunto con la India, han sido más de la tercera parte de la población mundial de este planeta.

Sólo el que se ha ocupado es ni más ni menos que Siddharta Gautama y su budismo, que derrotara ampliamente en 3 rounds por nockout al brahmanismo, bueno…

Y lamentablemente no se dieron los tiempos porque la doctora Natalia Savchenko es una mujer siempre atareada, para conversar sobre los popes y en general sobre los servicios litúrgicos ortodoxos, en los escasísimos templos que hay habilitados en la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, que ahora solo sirven, a la gente pensante, como templo de musas o edificio museo para admirar el arte arquitectónico, sobre todo el gótico y el barroco, y sus murales dignos de un majestoso refugio (“Ermitazh”) en Moscú.

Pero volviendo a los viajeros de nuestro sistema solar y de otras galaxias, es como si la demostración de prodigios de avances tecnológicos mostrados por doña Zenyase, comandante de una nave venida desde Las Pléyades, Billy Mayer los hubiera considerado hechos milagrosos y a ella la hubiera bautizado como “La Virgen de la Ginebra”, por el sólo hecho de encontrarse en Suiza.

O como han querido demostrar los ilusos, que en los ojos de la Guadalupana se ven figuras conocidas… Ah, claro. También en los de La Gioconda, en las pinturas de Rafael, de Rubens, de Rembrandt, de Van Gogh, de Velázquez…hasta en las de Diego Rivera o Frida Kahlo, pero por favor no digan que es un milagro porque se escabullen ipso facto de sus tumbas. Y hablando de la Guadalupana ya hasta el ayate, presumiblemente original, desapareció con todo y ojos entrecerrados desde que Porfirio Díaz ordenara hacer otra pintura de la Virgen de Guadalupe, en reposición, pero ya con colores patrios incluídos, cuando en aquella época (siglo XVII) no había patria en lo que hoy es México.

Y decíamos. Andando el tiempo Galileo Galilei (¡E pur, si muove!) se salvó de ser rostizado porque se vio obligado a mentirle a la ciencia aduciendo, como la religión cristiana, que la Tierra era el centro del universo y no lo que comprobara y que es lo mismo que afirmara el astrónomo polaco Nicolás Copérnico, y que la iglesia censurara, ocultara y negara sistemáticamente por muchísimos años.

Y ahora ya le va ganando terreno el protestantismo del francés Juan Calvino y del alemán Martín Lutero, padres de congregaciones como “El Cristianismo”, “Los Mormones”, “Los Testigos de Jehová”, “La Luz del Mundo”, “Los Anglicanos”, “Los Metodistas” y más y más, que desde luego también tenían “lo suyo” en aquello del exterminio de seres humanos por mayoreo, y como paradigma los anabaptistas que eliminaron en 1525 a un pueblo completo, ¡a la gente, pues!, que quemaron sólo por ser campesinos ignorantes en cultura general y por negarse a pensar con dogmas y sofismas como ellos, particularmente durante “su batalla” de Frankenhausen.

Después de 400 años y pegándole un pequeño brinco a la historia y mil calamidades para México, ya ni hablar de “Su Alteza Serenísima”, Antonio López de Santa Anna, que permitió el atraco, por los gringos, de la mitad de nuestro territorio mediante el Tratado de Guadalupe Hidalgo…¡Medio territorio nuestro! Además de agresiones permanentes, como colocar su bandera en el Zócalo capitalino durante su ataque a los “Niños Héroes” en el Castillo de Chapultepec… ¡se dice fácil!

Y cuantas veces se le ocurría, tantas veces que recibía el trato de “héroe” de la Independencia y era nombrado de inmediato Presidente de la República, hasta que don Benito Juárez, don Benito Pablo Juárez García, lo desterró.

Ya en el siglo pasado padecimos 70 años de que el Partido Revolucionario Institucional se cansara de saquearnos, salvo en el periodo del “Tata”, de mi general Lázaro Cárdenas del Río, que al contrario, nos dio. Nos dio, entre muchos otros beneficios, el Seguro Social, el Instituto Politécnico Nacional…y nos restituyó la propiedad y explotación del petróleo…de una vida digna, de respeto, decente, libre y soberana, que priistas y panistas están aferrados a vernos nuevamente con “la bota” de la dictadura del gorilato en el cuello.

Y ahora. Bueno, no ahora sino desde el primer día en la presidencia de Estados Unidos en 1981, Ronald Reagan “le sugirió” al “Cachorro de la Revolución”, al ex presidente Miguel Alemán Valdés, “sugerirle” a su vez al Presidente de la República de ese periodo, 1976-1982, José López Portillo, se retractara del compromiso de cumplirle a don Javier García Paniagua de ser candidato del P.R.I. y Presidente Electo para 1982-1988.

“Ahora necesitamos en México –argumentaba el exactor hollywoodense- un profesionista en derecho y, sobre todo, en economía como Presidente y García Paniagua no cubre el perfil; y es capaz de heredar el peligro por su acendrado nacionalismo, al pasarle la estafeta, dentro de 6 años, a un partido de izquierda como el de Luis Sánchez Aguilar o el de Heberto Castillo.

“Y es urgente que los mexicanos sólo manejen dos partidos políticos, o sea el P.R.I. y el P.A.N. exclusivamente como nosotros que tenemos el Republicano y el Demócrata, y no hay otro.

“Pura derecha. Si no estamos en ninguna Revolución Francesa para maniobrar la geometría política de izquierdas de los Jacobinos o derechas de los Girondinos”. Concluyó el histrión y presidente de los Estados Unidos.

Y a pié juntillas en cumplimiento, con todo rigor, desde entonces se ha llevado a cabo la estrategia política ordenada por los gringos y, efectivamente como lo anunciaran, no se ha ganado una sola candidatura de izquierda a pesar de haberlas ganado todas. Con Cuauhtémoc Cárdenas dos veces y con Andrés Manuel López Obrador desde Carlos Salinas de Gortari hasta la fecha. Desde Carlos Salinas como líder de ese movimiento de felonía a la patria peor que la de Santa Anna.

Debemos adherirnos a ser militantes ¡a la de ya! de La Revolución de las Conciencias, que se ha iniciado ya en 2010, y de la participación en cadena de todos los habitantes y ciudadanos decentes del mundo, para respaldar las decisiones absolutas de los pueblos soberanos.

Ya hace 500 años que se acabaron los patanes, los palurdos ignaros gachupines (bueno, quedan uno que otro), criminales y piratas por más parentesco que hayamos adquirido prevaleció la herencia genética indígena materna.

Y aunque de otra manera nos llamaríamos Achiote Cuauhtlicue, Tiripitío Pandicuaro, Pátzcuaro Zacapu, Yucalpetén Chiconcuac o Ahuizotl Zitácuaro; y hablaríamos el totonaca, el maya, el náhuatl o el purépecha como lengua madre, por ejemplo.

Y ganaron también los españoles honestos que se quedaron en la Península Ibérica desde la época del Renacimiento, y que algo tenemos que ver con ellos y con los demás seres humanos habitantes de este planeta, como:

Botticelli, Leonardo, Miguel Ángel, Rafael, Bernal Díaz del Castillo, Bartolomé de las Casas, Cervantes, Shakespeare, Van den Vondel, Goethe, Descartes (“Cogito ergo sum”), Rousseau, Diderot.

Víctor Hugo, Dostoievski, Doré, Nietzsche, Beethoven, Tchaikovski, Gorki, Rodin, Omar Kayahám, los Coros del Ejército Rojo de Moscú, Tolstoi.

Benito Juárez, Fernández de Lizardi, Los Tres Pablos: Neruda, Casals y Picasso.

Martín Luis Guzmán, Ignacio Manuel Altamirano, Pablo Moncayo, Silvestre y José Revueltas, Julián Carrillo, Emiliano Zapata, Ignacio López Rayón, La Madre, la nuestra, doña Rafaela López Aguado, que es tan universal y antes que la novela de la Revolución Rusa de 1917, y tan heroína de la Guerra de Independencia como doña Josefa Ortíz de Domínguez, por ejemplo, y más, porque ella ofrendó la vida de todos sus hijos a la patria, que en este caso ya había nación.

Rafael Hernández “El Jibarito”, Nicolás Guillén, Francisco Cataneo Pérez, Roberto López Moreno, Juan Helguera, Paco de Lucía, Imelda Miller, María Dolores Pradera, José Antonio Méndez.

“Satchmo” Louie Armstrong, Nat King Cole, Gene Krupa, Glen Miller, Ray Anthony, Ray Coniff.

Antonio Matencio Montesinos, defensor de la Resistencia durante la Guerra Civil Española; “El Coronelazo”, David Alfaro Siqueiros; hermanos Mayo, con el aliento de su bienhechor, el presidente Lázaro Cárdenas.

Lauro Aguilar Hernández, Giuseppe di Stefano, poeta Jesús López Aguado, actriz y soprano espléndida, maestra Guadalupe Aguilar Castillo, Renato Pereira Días, Héctor Madera Ferrón, Severo Mirón, Facundo Cabral, Alberto Cortés, Pablo Milanés, Joaquín Lavado “Quino”, Eduardo del Río “Rius”, Rogelio Naranjo, Helio Flores.

Agustín Rodríguez Carranza, Florencio Núñez López, José Zavala Méndez, Paulino Cárdenas Cruz, Alberto García Galarza, Luis Rodríguez Pérez “Palillo”, Alberto Domingo, Julián de Luis, Marina Hernández Fernández, Rafael Altable Fernández, Paco Ignacio Taibo.

Profesor Humberto Serrano Pérez, sincronización entre Eulalio Ake Polanco y Felipe Sagahón Hernández, genuinos líderes campesinos, entre Yucatán y la Huasteca Hidalguense, de vista y por telepatía con naves extraterrestres; Adrián del Ángel Juárez, David Velázquez López, Mario Alberto Zumaya, Francisco Mejía Pivaral, Othón Villela Larralde…¡Puf! Una legión de gente buena y talentosa, aunque nos faltan unos cuántos miles de millones con valiosas virtudes cada uno…

Y sí quiere saber la verdad en las noticias y comentarios en la radio y en la televisión, vea y escuche a Carmen Aristegui, Ricardo Rocha, Tomás Mojarro, Jorge Saldaña, Miguel Ángel Granados Chapa y Jacobo Morett.

Los demás, los que están al servicio de los “dueños” de los medios de comunicación, sólo mienten, y mienten, y mienten, y mienten y vuelven a mentir, y usted se los cree.
Usted seguro conoce gente que les cree a los López Dóriga, a los Javier Alatorre y las multitudes de similares y conexos, que tienen órdenes de mentir para proteger los intereses de los Salinas, Azcárraga y demás millonarios, y demás “dueños de México”, como dice don Andrés Manuel López Obrador y que sí son un verdadero peligro para nuestra patria.

SISMO PERMANENTE DE PUNDONOR

“López Obrador sí es un peligro para México”, porque está sacudiendo a los mexicanos con su honestidad y firmeza.

“López Obrador sí es un peligro para México”, quieren inventarle los millonarios del dinero mal habido.

“López Obrador sí es un peligro para México”, porque junto con el pueblo privará de sus latrocinios y privilegios a quienes se adueñaron del país…

…quienes, todos los días, viven de las patrañas, las perversidades, la devastación, los embustes y la traición.

Y quienes tenemos la tendencia natural al materialismo dialéctico, estamos naturalmente, con el licenciado Andrés Manuel López Obrador.

Hasta aquí se acaba otro capítulo de la humanidad, para bien de los que subsistirán con todo y sus miedos, sus desconocimientos, sus fanatismos, y sus sincretismos; o sus conciencias en quietud y firmeza por la sabiduría, el respeto, la rectitud y la bondad.

Muy agradecidos por sus comentarios.