miércoles, 16 de mayo de 2012

AUF WIEDERSEHEN, AU REVOIR… HASTA LA VISTA


Por: elías Aguilar

Qué lástima que se nos haya adelantado otro querido “hermano” universal, cuando estaba a punto de concretar su gran proyecto de la Escuela de Técnicos Médicos de Extracción Comunitaria: el doctor Jesús Nava y Hernández.

Él siempre quiso mejorar las condiciones de atención médica de las comunidades marginadas, y de proporcionársela a quienes carecen de ella en nuestra República Mexicana y, de ser posible, a otros países hermanos en circunstancias similares.

En un merecidísimo homenaje al doctor Nava, sería plausible que alguien hiciera realidad su loable bosquejo social. Que alguien concluyera tan magno propósito de beneficio de salud pública a los desposeídos. Y ese “alguien” es su hijo Jorge.

El licenciado en Administración Pública Jorge Nava Alvarado, además de tener una superlativa vocación de claridad manifiesta en la medicina, conoce muy bien el multicitado ideario, ya que él fue parte importante del modesto equipo del desarrollo del esquema. Me consta.

Ya sólo hace falta el debido apoyo… del gobierno federal, o de alguno estatal, para su realización, con todo y la gran solución de la Medicina Itinerante.

Hoy sólo quiero hacerle llegar un fuerte abrazo a mi querido docto “dotore”, de donde quiera que se encuentre… Ya nos veremos muy pronto.

Entretanto leamos otras de las grandes aportaciones a México y a la humanidad del médico cirujano Jesús Nava y Hernández, a través de la TRIACA de El Sol de México de Medio Día, de nuestro ilustre amigo (también ya fallecido) Severo Mirón, alias Samuel Morales Ferrón, publicada el martes uno de septiembre de 1998.

 
TRIACA

Por: Severo Mirón

El doctor Jesús Nava y su secreto para evitar infartos

Hace diez años que no sé nada de mi amigo el doctor Jesús Nava, que trabajaba en la clínica del IMSS que se localiza atrás del conjunto Aristos, en Insurgentes y Chilpancingo, entrando por Aguascalientes. Un médico con un indeclinable sentido del apostolado. A él se deben los primeros estudios para el establecimiento de las clínicas rurales que posteriormente constituyeron lo que se llamó IMSS/Coplamar y después IMSS/Solidaridad. Y a él se debe también el descubrimiento de la acción antiplaquetaria de las humildes aspirinas y el secreto de que tomando una diaria se evitan los infartos en un alto porcentaje.

Hace más de diez años observó que el ácido acetilsalicílico en el torrente sanguíneo evitaba la acumulación de plaquetas y la formación de trombos: esto es, hace la sangre menos espesa, más líquida y ligera. El problema al que se enfrentó fue la agresividad del ácido en las paredes del estómago. Y meditó que mezclando el ácido con hidróxido de aluminio e hidróxido de magnesio, el fármaco sería más tolerable para el organismo.

Más tarde, los laboratorios extranjeros hicieron el mismo descubrimiento y hoy en todo el mundo los médicos recomiendan consumir una aspirina al día para aprovechar el potencial antiplaquetario del ácido en la prevención de ataques cardíacos en sujetos saludables.

Hace unos días los periódicos publicaron la noticia de que en la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard se comprobó esta teoría con pruebas de 44 mil pacientes sanos de diferentes edades, a la vez que se demostró que la mezcla con aluminio y magnesio evita el corolario iatrogénico de producir hemorragias y úlceras.

Al leer el cable no pude menos que acordarme de este médico mexicano tan modesto que jamás hizo alarde de algo tan importante. Sé que se jubiló del IMSS, pero se me ocurre invitar al licenciado Genaro Borrego, director general del Instituto, para que lo localice y le obsequie un cartoncito en el que le agradezca su labor de muchos años al servicio de los derechohabientes y sus trabajos de investigación como el del ácido acetilsalicílico y su función antiplaquetaria.

Y si hubiera que añadir para decidir al Lic. Borrego a buscar y reconocer al doctor Nava sus desempeños como facultativo y como ciudadano, basta decirle que el médico Nava estableció en el estado de Zacatecas las dos primeras unidades médicas rurales del IMSS y que tales pequeños dispensarios dieron pauta para lo que posteriormente habría de ser el IMSS/Coplamar, que extendió el programa a muchas entidades de la Federación… Y hasta ocasión venidera, deo volente.


Doctor Jesús Nava y Hernández, te recuerdo que soy tu marmitón número uno en las artes culinarias, de las espléndidas y cordiales comilonas que, como gigante director de cocina inigualable, elaborabas en tus ratos de esparcimiento. Ya nos veremos muy pronto para retomar mi entrañable oficio espontáneo, al servicio de nuestros afectos cercanos y nuestros afables camaradas que ya están departiendo cordialmente contigo. ¡Puf! Esto más que pie de foto, fue un abusivo exordio de añoranzas. ¡Perdón!