martes, 17 de marzo de 2009

“QUE ES UN ESCÁNDALO, DICEN…”

POR: elías AGUILAR

En cuanto al tan “llevado y traído” tema del abuso escandaloso de ciertos funcionarios mexicanos por los autoasignados sueldos ostensiblemente superiores a los del presidente de la República, lo primero que se viene a la cabeza es: “Bueno, ya está uno tan acostumbrado a los saqueos gubernamentales, que lo que menos puede hacer uno es agradecer que lo hagan abiertamente… de frente y en las barbas del pueblo, para saber, al menos, cómo lo hacen y quiénes son”.

Pero no, no es así de simple. Está bien que los señores legisladores determinen un tope salarial para ellos mismos, para el propio presidente de la nación, para magistrados, consejeros del Instituto Federal Electoral, directores de paraestatales, secretarios de Estado, gobernadores, jefe de gobierno del Distrito Federal, presidentes municipales y, decíamos, senadores, diputados federales, locales, y, así.

Que vayan de los 10 salarios mínimos diarios, hasta los 50 o 60 ¿No cree, usted? Yo, sí. Eso sería saludable. Eso sería decente.

Pero ya que andamos metidos en elucubraciones de tabuladores salariales ¿por qué no de una buena vez nos ocupamos de la sugerencia de que no se olviden de los salarios mínimos generales, que han sido asignados miserablemente por titipuchal de décadas, a nuestros obreros y campesinos, cuando bien les va?

El Artículo 123 de nuestra Carta Magna sentencia: “Todo jefe de familia, en su desempeño laboral, debe obtener a cambio un salario mínimo que le permita vivir decorosamente, para beneficio personal y de su familia”. Y ahí, sí, nadie se escandaliza por quien puso la seguridad de los ladrillos de donde usted vive, por ejemplo, gane apenas 50 pesos diarios a cambio de su pesadísimo trabajo, como peones y un poquito más para los “medias cucharas”.

Estará usted de acuerdo en que los pinchurrientos 50 pesos no le alcanzan ni para pagar los pasajes de su desplazamiento cotidiano, ya no se diga para malcomer, y menos para mantener a su familia, y mucho menos para erogar una legítima aspiración de procurarles una educación universitaria a los hijos.

¿Le parece a usted que en este espacio sugiramos 7 salarios mínimos actuales, es decir, el equivalente a 350 pesos diarios como salario mínimo general para los ayudantes de cualquier oficio en nuestro país?

¿Pues sabe qué? Que usted y yo somos un par de ilusos porque nadie nos va a hacer caso, ya que en nuestro querido México sólo se escandalizan por las penurias de los ricos, de los privilegiados que se truenan los dedos por no saber que hacer para pagar, el día de mañana, el abono de su yate o del abrigo de mink de la amiguita. ¡Esas si son tragedias!

“…Y hasta me maldicen por darte mi amor”.