Cuando el maestro José Pagés Llergo presentía que ya era tiempo de despedirse de sus amigos, de sus articulistas y de los asiduos lectores de la revista Siempre!, publicó su deseo de pasarle la estafeta a su hijo José Pagés Rebollar, por lo que, alarmado y al poco tiempo se allegaría la razón, el maestro Carlo Coccioli le censuró su decisión aduciendo:
"Maestro Pagés, hacer una revista del alto nivel de responsabilidad analítica, como Siempre!, no es, como dicen los mexicanos, 'enchílame otra', no es escribirle la cartita a la noviecita santa, o por la nostalgia de la ausencia del terruño escribirle unas sentidas líneas a la madre adorada. Hacer una revista, la más prestigiada de éste país, requiere de la serenidad y el análisis profundo para buscar quién lo substituya, porque aquí si algo tenemos de sobra son muchísimos talentos...y no, con todo respeto, al hijo consentido sólo por adorarlo.
En Lengua en su Tinta, guardadas las proporciones, no sucede lo mismo porque sencillamente, ni tenemos la difusión, ni tenemos colaboradores, sólo es un medio de comunicación que recoge mis inquietudes periodísticas con el mejor de los propósitos de hacer reflexionar a mis tres lectores cotidianos.
Pero, por fortuna, tengo muy cerca a mi hijo querido y respetable, Alejandro Aguilar Rodríguez, que es egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México, con la licenciatura en periodismo, y que, aparte de que fue quien me entusiasmara para la fundación de una columna periodística, él es quien me orienta para enriquecerla, y que con mucha alegría ya desde hace mucho tiempo, he comprobado su enorme talento para escribir, por lo que ahora él, generosamente, a aceptado, siempre y cuando el tiempo se lo permitan, hacer sus colaboraciones para usted, gentil lector, que nos tolera nuestras ausencias de Pluma y...Lengua en su Tinta.
"Maestro Pagés, hacer una revista del alto nivel de responsabilidad analítica, como Siempre!, no es, como dicen los mexicanos, 'enchílame otra', no es escribirle la cartita a la noviecita santa, o por la nostalgia de la ausencia del terruño escribirle unas sentidas líneas a la madre adorada. Hacer una revista, la más prestigiada de éste país, requiere de la serenidad y el análisis profundo para buscar quién lo substituya, porque aquí si algo tenemos de sobra son muchísimos talentos...y no, con todo respeto, al hijo consentido sólo por adorarlo.
En Lengua en su Tinta, guardadas las proporciones, no sucede lo mismo porque sencillamente, ni tenemos la difusión, ni tenemos colaboradores, sólo es un medio de comunicación que recoge mis inquietudes periodísticas con el mejor de los propósitos de hacer reflexionar a mis tres lectores cotidianos.
Pero, por fortuna, tengo muy cerca a mi hijo querido y respetable, Alejandro Aguilar Rodríguez, que es egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México, con la licenciatura en periodismo, y que, aparte de que fue quien me entusiasmara para la fundación de una columna periodística, él es quien me orienta para enriquecerla, y que con mucha alegría ya desde hace mucho tiempo, he comprobado su enorme talento para escribir, por lo que ahora él, generosamente, a aceptado, siempre y cuando el tiempo se lo permitan, hacer sus colaboraciones para usted, gentil lector, que nos tolera nuestras ausencias de Pluma y...Lengua en su Tinta.
