Por:
elías AGUILAR
No. No nos equivocamos en el encabezado de esta nota.
Lo que pasa es que haciendo una parodia del respetable nombre del movimiento
universitario # YO SOY 132, hemos querido hacer alusión al Artículo 123 de
nuestra Carta Magna, en un movimiento permanente de exigencia de justicia para
la clase trabajadora de nuestro país, y que todo el pueblo mexicano deberíamos
solidarizarnos indisolublemente.
Con las nuevas reformas propuestas por el Ejecutivo
Federal saliente, y con las obvias actitudes por venir del gobierno entrante,
que precederá, como ya se había previsto, el Partido Revolucionario
Institucional ¡PUF! … Recontraquesuperescalofriante. Como bien se sabe, ni
antes con el P.A.N., ni ahora con el P.R.I. de regreso, habrá ningún cambio que beneficie a los esforzados proletarios de
nuestra patria.
El sindicalismo
en México es una farsa que sólo sirve para que los seudolíderes se enriquezcan,
y mantengan empobrecidos, económica e intelectualmente, a los trabajadores que,
a duras penas, alcanzan a solventar las
necesidades más apremiantes de la familia. Siendo que la Ley Federal del
Trabajo es muy clara en ese sentido. Pero no sólo a los lidercillos y patrones
les importa un comino… ¡SINO A TODOS NOS TIENE SIN CUIDADO! Y la Ley en la materia dice: “Todo asalariado DEBE PERCIBIR UN INGRESO MÍNIMO QUE LE
PERMITA VIVIR DECOROSAMENTE, JUNTO CON SU FAMILIA…”. Y en la práctica, ni
reuniendo las aportaciones de toda la estirpe se resuelve para comer
decentemente, para el transporte, para pagar renta, para vestir, para el gas,
para la luz y, menos, para la educación
media y superior de los retoños. Y eso,
antes que cualquier reforma, se debería cumplir.
Los grandes líderes de PEMEX, o del magisterio como la
archipoderosa y maquiavélica Elba Esther Gordillo, son perversos con el candor
de sus agremiados que los han convertido en insaciables archimillonarios, hasta
los “minúsculos” de la Industria de la Construcción como los amorales Plácido
Quintero o Arturo Núñez Olascoaga, que amedrentando a jóvenes o ya entradas en
años señoras solitarias, por la hora de sus visitas, y cuando están
construyendo un cuartito en su azotea, les hacen creer, primero, que son
inspectores de la Delegación Política correspondiente, en el caso del Distrito
Federal, e inspectores de la construcción municipales en provincia, y si no se
asustan mucho, pues de plano les avisan que van a tener un problema mayúsculo
si no adquieren “la placa” del sindicato, ya que se meterán en una “broncotota”
con la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, con la Secretaría del Trabajo,
con el Instituto Mexicano del Seguro Social…y si recurren a abogados para que
las defiendan, aparte de que les va a costar “un ojo de la cara” el chistecito,
van a tener que enfrentar las fierezas de, de, de la Secretaría de Protección y
Resguardo del Canino y Tiburones Azules, les inventan atolondradamente ellos y
sus corifeos segundones de SU sindicato…
No permita usted que le atemoricen. Si no existe un
Contrato Colectivo de Trabajo firmado por los trabajadores, no hay ley que le
obligue a mantener relación alguna con cualquier sindicato, y ningún trabajador
decente desea jamás una relación “de protección” con ningún lidercillo corrupto
y venal, por lo tanto NO DEBE FIRMAR NADA, NI USTED NI SUS TRABAJADORES.
Con las autoridades delegacionales o municipales SÍ,
porque esos trámites sí son obligados para autorizarle a construir y que los
ladrillos no se le caigan, pero no para robarlos, a usted y a sus alarifes,
como los corruptos sindicatos que en cualquier ramo industrial es lo mismo,
exactamente lo mismo en abuso del desconocimiento ciudadano y la necesidad del
trabajador.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario